Los inicios de la ciudad de Tarma se pierden en la tradición oral y se conservaron únicamente en forma de leyendas. Lo cierto es que en la localidad se ubicaban las poblaciones de “Tarmatambo” y “Punchaumarca”, habitadas por indígenas de la etnia de los “Tarumas”. Ante la llegada de los conquistadores españoles, se intuye que Tarma fue fundada según la usanza de la época. Sin embargo, no se cuenta con documento que pruebe dicho acto, ni mucho menos el establecimiento de un cabildo con alcaldes y oidores. Las fuentes señalan que fue en el año 1,538 cuando se produjo la fundación española de Tarma como guarnición de soldados en un primer momento, luego se instituyó una parroquia bajo la autoridad del obispado de Lima.
Pachacútec Inca Yupanqui Cápac Intichuri (del quechua: Pacha Kutiq Inka Yupanki Qhapáq Intichuri, «Inca del cambio del rumbo de la tierra, digno de la estima del Soberano hijo del Sol»
Los resultados de las excavaciones arqueológicas y estudios etnohistóricos de la zona demuestran que se hallaba habitada por el norte y oeste del río Tarma por el grupo étnico chinchaycocha. Al sur del río se hallaban los xauxa/wanka, mientras que al este se encontró vestigios de un grupo étnico pequeño, cuyo nombre no ha sido registrado por los documentos históricos, pero que los arqueólogos han denominado Pallcamayo. Cuando Pachacutec conquistó la región, creó artificialmente la provincia de Tarma, desmembrando territorio de los chinchaycocha y los xauxa/wanka, y anexando allí a los Pallcamayo. La razón de su acción era el de poder controlar mejor a las grandes unidades políticas y étnicas que constituían los chinchaycocha y los wanka/xauxa. Y efectivamente, el curaca de Tarma tenía bajo el reinado de Pachacutec mucha inherencia política en la zona. Esta política de control fue después adoptada por los españoles, razón por la cual Tarma permaneció como centro de control y capital de los posteriores corregimientos y después intendencia. La capital de la provincia inca era Tarmatambo, cuya traza e ingeniería es completamente inca y emula la ingeniería y destreza arquitectónica que se puede observar en Machu Picchu, ya que ambos han sido mandados construir por el mismo inca, Pachacutec.
Plano topográfico de la Ciudad de Tarma – julio de 1862
Durante el Corregimiento de Tarma, fue la mayor contribuyente a la Corona Española, y como Intendencia de Tarma, su extensión abarcó diversos territorios, el Primer Intendente de Tarma, Juan María Gálvez y Montes de Oca (1784) solicitó al Rey de España, la jurisdicción provisional de los territorios de Selva Peruana para vigilar por los intereses de la Corona de España.
En 1815 se realizó en Tarma el primer catastro, concluyéndose que la villa tenía 755 casas y aproximadamente 3500 habitantes. En estos años Tarma era cabeza de una de las ocho intendencias en que se dividió el virreinato, tanta fue la importancia que tuvo, que comprendió los partidos de Huánuco, Jauja, Cajatambo, Huamalies y Panataguas. La Intendencia de Tarma llegó a ser la mayor contribuyente económica a la Corona de entre todas las restantes.
A principios de noviembre de 1820, durante la guerra por la independencia que llevaba adelante el general José de San Martín, la población de la ciudad de Tarma apoyó al general Juan Antonio Álvarez de Arenales quien perseguía a las tropas realistas en su retirada hacia los Andes.
El 25 de noviembre, el general Álvarez de Arenales ingresó a Tarma, siendo recibido con júbilo por la ciudad y el 28 de noviembre en Cabildo Abierto en la Plaza Mayor. Los tarmeños lanzaron el primer grito de independencia, firmando el acta los vecinos más notables de la ciudad, publicándose al día siguiente, el bando que daba a conocer este hecho.
Álvarez de Arenales refrendó el nombramiento de Gobernador Intendente Político y Militar a Francisco de Paula Otero, quedando las milicias de Tarma, Jauja y Huancayo a la orden del Intendente de Tarma. Este Grito de independencia de Tarma, fue de mucha importancia, porque los realistas no lograron reconquistar la ciudad como sucedía en otros pueblos y porque servía de base de operaciones para los guerrilleros del Centro, por estos motivos Tarma fue nombrada como “Ciudad Predilecta”. Por Decreto del 24 de noviembre de 1820 José de San Martín concedió a los tarmeños el uso de un escudo de plata en el brazo izquierdo con la inscripción “A los constantes patriotas de Tarma”. Establecida la República se creó el Departamento de Tarma incluyendo los distritos de Tarma, Jauja, Huancayo y Pasco. Se nombró como presidente del departamento de Tarma, al coronel Francisco de Paula Otero. Luego de dos años y nueve meses, Simón Bolívar por Decreto Ley de septiembre de 1825 dio a este Departamento el nombre de Junín, como homenaje a la batalla ganada al ejército español en estas zonas que pertenecían en ese momento a la circunscripción tarmeña. Durante el periodo 1836–1839, Tarma pertenecía al Estado Nor-Peruano, y fue la capital del entonces Departamento de Junín. Posteriormente, la riqueza de Cerro de Pasco influyó para que esta se impusiera como cabeza del departamento, al punto de comprender en su jurisdicción la provincia, que tan excepcional importancia tuvo en la colonia.
En 1855 José Gálvez Egúsquiza, acompañado de su esposa Ángela Moreno de Gálvez, presentó el proyecto para que fuera devuelta a Tarma su categoría de Provincia. El 31 de diciembre del mismo año, Tarma se hizo provincia. Durante la Guerra del Pacífico, Tarma apoyó al ejército peruano y, posteriormente, a la resistencia comandada por el mariscal Andrés Avelino Cáceres. Si bien Tarma no fue escenario de gravitantes enfrentamientos, sí tuvo significativa importancia al establecer Cáceres allí la sede del Cuartel General del Ejército del Centro. Cerca de Tarma ocurrió el Combate de Tarmatambo en el año 1882. Ya durante la República, Tarma perdió su rol principal frente a la ciudad de Huancayo. Fue cuna del general Manuel A. Odría, Presidente del Perú entre 1948 y 1956, quien durante su mandato presidencial realizó importantes construcciones de infraestructura en la ciudad, todas ellas en funcionamiento hasta la actualidad.
Escudo de Tarma, otorgado por la Corona el año 1787
Folklore tarmeño, danzante de Huanuquillada
José Gálvez Barrenechea ( Tarma, 7 de agosto de 1885 – Lima, 8 de febrero de 1957), fue un poeta, escritor, periodista, catedrático universitario y político peruano.
Adolfo Vienrich de la Canal (Lima, 18 de noviembre de 1867 – Tarma, 29 de septiembre de 1908) era un intelectual, libertario, farmacéutico, escritor, folclorista, indigenista y etnohistoriador destacado de Tarma, Perú.
Catedral Santa Ana – Tarma
Tarma “La ciudad de las Flores”
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